ENSEÑAR A LOS NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES A DECIR LA VERDAD

 Decir siempre la verdad es virtud que se aprende desde muy pequeño.

Vivir en un ambiente donde prevalece la sinceridad y la transparencia proporciona seguridad, certeza y la confianza de que las cosas son como son.
Es importante de que el niño aprenda a ser honesto consigo mismo y con los demás. Y para lograrlo es fundamental que los padres le enseñen a no mentir y no mentirse a sí mismo.
Es conveniente recordare que la verdad es lo opuesto a la mentira, que todos cometemos errores y que todos nos equivocamos, pero que jamás debemos mentir.
Si en la familia vivimos relaciones humanas, sinceras y trasparenten, donde cada miembro puede expresar con libertad y respeto sus opiniones y sentimientos, el niño aprenderá a ser sincero, no tendrá temor a decir lo que piensa y siente.
Debemos tener presente que muchas veces no estaremos de acuerdo con lo que opinan los demás, pero eso no debe ser motivo de discordia. Cada ser humano tiene derecho a expresar su opinión en forma respetuosa, teniendo en cuenta que podemos estar equivocados, que es enriquecedor escuchar y pensar lo que el prójimo nos está diciendo.
Al niño se le puede enseñar desde pequeño a decir la verdad, a ser sincero y transparente.
Consejos para que los niños/as y adolescentes a siempre digan la verdad:
  • Actúe en base a hechos y no a supuestos. No rete o castigue a su hijo por algo que usted cree que hizo.
  • Sea usted siempre sincero, si usted dice siempre la verdad el niño lo imitará y hará lo mismo.
  • Establezca en su hogar un clima de confianza. Que todos y cada uno puedan sentir que se cree en ellos, que no se ponga en dudas sus palabras.
  • No suponga intenciones en los demás, ni interprete su gesto y acciones en forma negativas.
  • No obligue al niño a mentir. Muchas veces sin darnos cuenta podemos empujar al niño a mentir. Cuando lo mando a decir al vecino o amigo que nos requiere que no estamos o que estamos ocupados, y cuando la verdad es que no queremos verlo.
  • Cuando un pequeño error es castigado fuertemente es porque la acción implicó un castigo.
  • El miedo al reto o la represión del adulto enojado puede hacer que el niño niegue su participación en un acto. Los niños son niños y a veces hacen travesuras. Más vale que el niño reconozca su acción y pueda repararla solucionando el problema que provocó.
  • Ponga al niño en exigencias razonables y posibles de alcanzar por él. A menudo para ocultar a sus padres su vergüenza por no haber cumplido su expectativa. No le pida una promesa incumplible como, por ejemplo, no enojarse nunca más o no pelear más con su hermano. Esto son objetivos imposibles de realizar.
  • Ante un desperfecto causado por el niño, como un líquido derramado que ha manchado el piso, no conviene buscar culpable, por ejemplo, ¿Quién fue?, ya que esa pregunta culpabilidad, muchas veces empuja el niño a mentir. Mejor es decir ‘’Hay un líquido derramado en el piso, por favor límpido con un paño o con un swuaper’’.
  • Estimular al niño a buscar soluciones que lo ayudarán a aliviar sus culpas, reparar el daño causado y asumir su responsabilidad sin sentirse acusado o como una persona mala.
  • Si el niño ha mentido, no lo deje en vergüenza públicamente. No lo culpabilidad, sino acordelo a buscar forma de arreglar su problema.
  • Si su hijo o hija está mintiendo mucho, pregúntese qué puede estar ocurriendo en la vida del niño que lo esté llevando a esto, con frecuencia la mentira puede ser un síntoma de un problema emocional, un sufrimiento en el niño o un sentimiento de falta de afecto.
  • Los niños entre dos y seis años que tienen gran imaginación y gran fantasía inventan historias increíbles, tienen amigos imaginarios y confunden la fantasía frecuentemente con la realidad. Recuerde que la fantasía es normal en los niños y es distinta a las mentiras.
  • Evite tildar o etiquetar de ‘’mentiroso ‘’ a un niño fantasioso o imaginativo. Las etiquetas negativas pesan fuertemente en la auto-estima infantil. Si su hijo fantasea demasiado, aclárele que una cosa es lo que uno se imagina o desea y otra cosa es lo que realmente sucede.

 

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