Hoy en día estamos inmersos en una sociedad cambiante y muchas veces carente de valores. Nos preguntamos qué está pasando en las familias cuando escuchamos u observamos, en los medios de comunicación, los hechos cometidos por un ser humano miembro de una familia.
Cuando investigamos a ese ser humano nos encontramos que vivía en una familia disfuncional en la cual reinan los anti-valores, como: drogadicción, infidelidades, maltrato infantil, entre otros males.
Por esta razón es que necesitamos una formación en valores para que el ser humano mejore su vida y la de los demás. Así aprenderá a ser solidario, generoso y paciente. Entonces será cuando el individuo alcanzará una autoestima equilibrada, pues así lograría dar y recibir afecto.
Aplicando los valores aprendidos en toda su infancia y en su etapa de adolescencia podrá convivir en la sociedad aportando soluciones a las problemáticas sociales, porque es una persona responsable, generoso, que comunica la verdad, responsable de sus acciones y actitudes, puede dar y recibir cariño, respetar a los demás y cooperar aplicando estos valores, constituyendo esto una fórmula eficaz en nosotros para hacernos feliz.